miércoles, 1 de octubre de 2008

DURAS CUMBRES PARA CELEBRAR EL PRIMER ANIVERSARIO.


Sólo los elegidos llegaron a la cima. Pero todos lo intentaron. Algunos quedaron en el Puerto de la Fuenfría, exhaustos ya por la dura subida desde Cercedilla. Otros lograron llegar a Cerro Minguete, y allí se quedaron recuperando fuerzas para poder iniciar el descenso. Y hubo algunos, los predilectos de los dioses, que continuaron pese al tremendo cansancio que acumulaban sus piernas, y, paso a paso, casi sudando sangre, lograron llegar a la tan ansiada cumbre de Montón de Trigo y clavar allí la bandera de CyS. Arriba gozaron de magníficas vistas. Por un lado las míticas cumbres de la sierra madrileña y segoviana: Alto de Guarramillas (popularmente conocido como "Bola del Mundo"), Cabezas de Hierro y el inicio de la Cuerda Larga, Peñalara, Maliciosa, Mujer Muerta... Por el otro, la inmensa llanura Segoviana, con la catedral de la bella ciudad castellana sobresaliendo majestuosa a lo lejos.
Tras un breve descanso y un rápido avituallamiento, comenzaron a descender para encontrarse de nuevo con el resto de la expedición. Unos esperaban en el Puerto, ya nerviosos, temiendo que algo grave e inesperado hubiera sorprendido a sus aguerridos compañeros. Otros bajaban ya desde Cerro Minguete, felizmente recuperados y sin secuelas apreciables del tremendo esfuerzo que tuvieron que realizar para llegar allí.
La bajada fue rauda y veloz, especialmente para alguno que trotó cual gracil gacela, cual cabra montesa, saltando obstáculos, evitando peñascos, poniendo en riesgo su integridad física, para avisar a los que abajo habían quedado de que todo iba bien, de que la tardanza en volver simplemete se debía a lo extremo del recorrido. Gracias a Dios el tiempo atmosférico era benigno y eso facilitó las cosas a nuestros héroes.
Finalmente se reunieron todos de nuevo en la Fuenfría, y allí, a la sombra de los pinos te canté. Digo... a la sombra de los pinos disfrutaron de suculentas viandas y de profundas conversaciones, antes de iniciar el descenso definitivo hacia las praderas de Cercedilla, donde habían aparcado los vehículos.
Como siempre, ya es una tradición en las excursiones de CyS —¡que por cierto, ha cumplido ya un añito!— como siempre, decía, disfrutaron de unas refrescantes jarras de cerveza que hicieron las delicias de sus ardientes gaznates.
¡Iros preparando, amigos, que dentro de poco hay más!