martes, 26 de febrero de 2008

FRÍO, VIENTO Y NIEVE




Nieve por todos lados, mucha nieve. Y viento, un viento tremendo y helador que te hace trastabillar, que te obliga a emplearte con empeño para no ser derribado, que hace que dar un sólo paso se convierta en un esfuerzo de titanes, que te congela los músculos de la cara impidiéndote articular palabra.
Y siete montañeros intrépidos, acompañados de un perro no menos intrépido, que se empeñan en desafiar a la meteorología, luchan contra los elementos, con tal de alcanzar la cumbre de la Maliciosa.
Allí se levanta, imponente, con sus 2227 metros desafiando a todo el que quiera atraverse a intentar alcanzar la gloria de poseerla. En verano, vista desde su cara Norte, no parece gran cosa. Pero el invierno la convierte en un reto accesible sólo para los más osados. De ahí su nombre.
Los "Siete Magníficos" siguen avanzando. Lo hacen a duras penas, penosamente, pero avanzan. La ventisca levanta la nieve del suelo y azota sus rostros, lo que les obliga a caminar casi a ciegas. Kodro, el perro, sufre aún más. Sus patas están siendo castigadas duramente por la nieve y el hielo. Los espacios interdigitales aparecen ya completamente rojos, y no tarda en empezar a sangrar. Pero fiel a su amo y al resto del grupo no ceja en su empeño por seguir adelante. Es más, permanece atento a todos ellos. No quiere que nadie se pierda, que nadie se quede atrás. Permanece siempre atento, siempre vigilante.
Tras algo más de una hora de penoso caminar logran alcanzar la Bola del Mundo, donde no pueden permanecer más que unos instantes por el fortísimo viento huracanado que allí sopla. Por suerte, al dejarla atrás, éste reduce su fuerza y les permite caminar con mayor soltura. Pronto llegan al Collado del Piornal, desde donde empezarán el ascenso a la mítica cumbre. El pobre perro va dejando huellas de sangre en la nieve, pero no se queja y sigue fiel al grupo. Se siente protector, a pesar de su debilidad.
Llegan arriba. El premio, las maravillosas vistas que desde allí se pueden contemplar. Los embalses de Navacerrada, el de Santillana, los farallones de la Pedriza, con el Yelmo dominándolo todo, las estribaciones de Gredos a lo lejos, la cárcel de Soto... y al fondo Madrid, con sus altas torres y su contaminación. Qué lejos queda desde uno de los techos de la sierra, donde se respira aire puro y tranquilidad...
Pero de nuevo vuelve a soplar el viento con violencia y les obliga a reemprender la marcha. En poco más de hora y media estarán de nuevo abajo, en el puerto. Misión cumplida. Una más, y ya son seir, desde que nació "Cumbres y Senderos". Los bocadillos pueden esperar en las mochilas. Tras la dura jornada de frío y viento, algo más caliente y contundente espera en Becerril de la Sierra.


¡Felicidades a todos, que habéis hecho posible que esta iniciativa de "CyS" cumpla ya medio añito!